VIVIENDAS EN EL CENTO DE QUITO
El Centro Histórico de Quito, con una extensión de 350 hectáreas, fue proclamado Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO en 1979 debido a su riqueza arquitectónica y su valor histórico. Hasta los años sesenta había sido el barrio residencial de las familias pudientes, que después se había ido desplanzando hacia el norte de la ciudad. A partir de entonces, ha sufrido múltiples cambios relacionados con su uso, su densidad y su población.
En la parte central del centro histórico, la vivienda prácticamente ha desaparecido, dando lugar a actividades administrativas y de servicios. Alrededor de esta zona hay 17 barrios con un uso predominantemente residencial donde la mayoría de los edificios datan de finales del siglo XIX. Los edificios se construyeron siguiendo el esquema español de habitaciones distribuidas alrededor de un patio. Estas habitaciones se convirtieron en viviendas baratas de alquiler destinadas a familias de bajos ingresos, la mayoría inmigrantes, dando lugar a los "inquilinatos".
El 55% de estas familias tiene que compartir los cuartos de baño, que presentan problemas de mantenimiento (cuando no están fuera de uso). El 30% de estas familias ni siquiera tienen una ducha. En ningún caso cuentan con agua caliente.
El 80% de los edificios cuentan con instalaciones eléctricas con 25 años de edad, provocando una situación de alto riesgo tanto por su uso cotidianos como por situaciones de sobrecarga en la red de distribución. La cocina normalmente está en el mismo dormitorio, con los peligros que ello conlleva.
Según diversas estimaciones, sólo el 30% de la población del centro es propietaria de su vivienda. Por otra parte, la superficie media de la vivienda supone entre 5 y 11 metros cuadrados por habitante.
Entre los varios factores que limitan la adquisición de vivienda están los siguientes: la dificultad de acceder a un mercado financiero cuyos requisitos cambian constantemente; la reducida capacidad de compra de las familias; el alto precio de la vivienda; la ausencia de programas de crédito para facilitar el acceso a la vivienda de los más desfavorecidos y la oferta cada vez más reducida de vivienda pública.
Las casas quiteñas tomaron el modelo de la casa andaluza; patio grande al centro (se cuenta de un quiteño de este siglo que, preguntado por el alarife cómo quería su casa, respondió: 'Hacedme un gran patio y, si queda sitio, las habitaciones'); entrada al patio por zaguán ancho (más ancho cuanto más importante fuese la casa) y el patio rodeado en cuadro por edificaciones de uno o dos pisos, con anchos corredores porticados, sobre los que se abrían las puertas de los cuartos. Es decir, un claustro en pequeño. De donde la armonía del conjunto urbano.
El el lugar que consulte fue en el museo Camilo Egas donde antiguamente era una casa donde se puede observar la simension de los cuartos que no es mas que de 3 meros por tres metros donde se supone que vivian familias ENTERAS
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